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Soy el Pie de foto
Carajo la vela de la película esta las noches que me está dadnod esto

En la última década, el género policiaco y de suspense se ha convertido en el valor más seguro del cine de nuestro país. Baste recordar La isla mínima, Celda 211, Tarde para la ira, El reino, Modelo 77, Que Dios nos perdone… todas ellas triunfaron en la taquilla, los premios y la crítica. Ahora, Fatum reúne a varios de los nombres fundamentales del género: el guionista Alberto Marini (autor de la notable El desconocido), el director novel Juan Galiñanes (que coescribió el libreto de Quien a hierro mata para Paco Plaza) y el actor Luis Tosar, protagonista de unos cuantos de los filmes mencionados. Una mezcla de drama hospitalario y thriller emocional que nos tiene en vilo durante todo el metraje.


Desvelar muchos detalles del argumento correría el riesgo de arruinarlo. Diremos que trata de cómo el destino (de ahí el título del filme) une los caminos de dos padres de familia. Por un lado, un ludópata endeudado (Tosar) rompe la promesa que hizo a su mujer y regresa a una casa de apuestas para jugar una última vez, con la mala suerte de que se ve en medio de un atraco. Por otro, un policía (Álex García, quizá en el mejor papel de su carrera) interviene en la operación, pero no está en condiciones de hacerlo porque tiene la mente ocupada en la grave enfermedad de su hijo. El guión dosifica el suspense, y la realización de Galiñanes (Pontevedra, 1980) es elegante y eficaz, fruto de su experiencia en series como La unidad o Hierro. Aun así, la mayor baza de Fatum -aparte del sólido reparto, con Elena Anaya y un sorprendente Aron Piper- se halla en sus personajes, llenos de verdad, de angustia, de culpa. Esto da lugar a situaciones creíbles en torno a la venganza, el deber, la fatalidad o las decisiones.




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